Como es lógico, existen muchísimos caminos que llevan a Santiago de Compostela pero el que realmente resulta interesante desde el punto de vista de un estudiante de arte románico es el camino francés. El más famoso de todos y probablemente el que más peregrinos habrán recorrido a lo largo de la historia.

Camino de santiago francesEmpieza en Francia, y podemos partir de cuatro ciudades recorriendo cuatro vías: la Vía Tolosana es la que pasa por Toulouse (color rosa); la Vía Podensis desde Le Puy (color amarillo); la Vía Lemovicensis es la que pasa por Limoges desde Vézelay (color verde); y la Vía Turonensis parte de París pasando por Tours (color azul).

Y ya que me he puesto con ello: ¿Por qué resulta interesante este camino?

El camino de Santiago, en concreto el camino francés, era la vía de comunicación de España con Europa entendiéndolo como un medio de transmisión de influencias. Tenemos que tener en cuenta además que la situación en la Península Ibérica distaba bastante de la europea: mientras que en Europa reinaban los herederos de los pueblos indogermanos (francos, lombardos, merovingios, godos…), la mayor parte de la Península Ibérica era gobernada por los musulmanes que trajeron consigo una cultura completamente diferente (Al-Ándalus). Sólo el norte peninsular estaba ocupado por los reinos cristianos, que luchaban por la Reconquista. El camino francés atravesaba estas tierras cristianas permitiendo la peregrinación a Santiago de Compostela desde Europa y funcionando como elemento de intercambio cultural. Así llegó el arte románico a la península y el camino se llenó de las llamadas iglesias de peregrinación.

Recapitulando: Europa feudal con sus historias medievales y de telenovela, mientras los reinos cristianos de la península se veían aplastados por Al-Ándalus, y en medio, los peregrinos. En la Baja Edad Media se lanzaban como locos a peregrinar detrás de reliquias, tumbas y demás objetos religiosos-milagrosos por su devoción cristiana, por el miedo al apocalipsis que trajo la venida del año 1000 o vaya usted a saber.

Nota: no es correcto hablar de España en la Baja Edad Media por eso he estado repitiendo ‘Península Ibérica’ aunque he dejado un ‘España’ porque sí.